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La exposición al sol es algo positivo: ¿Cómo 

 hacerlo bien?

La exposición al sol tiene un efecto positivo en el cuerpo y la mente y además, a muchos les gusta exponerse al sol tanto como sea posible para conseguir un aspecto bronceado. Además de los muchos beneficios, existen algunos riesgos para la salud que pueden desarrollarse después de una exposición excesiva. ¿Cómo puedes exponerte de forma segura y cómo lograr un aspecto bronceado sin los peligros que hay en el camino?

Una mujer tomando sol durante sus vacaciones (Foto: Imagebank/Thinkstock)
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La temporada de baño ha comenzado, los socorristas ya están en las playas y también los vendedores de los juguetes (incluido el que avisa “me voy”). Justo antes de usar traje de baño, aquí hay algunas cosas importantes que debes saber sobre la exposición correcta e incorrecta al sol.

Empecemos por lo positivo: la exposición al sol favorece la producción de vitamina D y mejora el estado de ánimo, sobre todo después del frío invierno que hemos tenido este año. Pero rompamos un pequeño mito en el camino: en Israel, no es necesaria la exposición al sol para consumir vitamina D; existen suficientes alternativas. Cuida una dieta rica en vitamina D como lácteos, salmón, atún y vegetales verdes. Cuando sea necesario, la vitamina D se puede consumir como complemento alimenticio.

La exposición a los rayos del sol aumenta la producción de la hormona serotonina en el cerebro, una hormona relacionada con mejorar el estado de ánimo, sentirse tranquilo y concentrado. Además, la exposición al sol mejora nuestro sueño al aumentar la producción de la hormona melatonina, que nos ayuda a relajarnos y conciliar el sueño por la noche. Además, la exposición al sol puede ayudar en algunos casos en el tratamiento de enfermedades de la piel como la psoriasis y reduce el picor.

También existen riesgos: además de estos efectos positivos y de la simpatía por el aspecto bronceado, es importante recordar que la exposición acumulada al sol provoca varios riesgos para la salud, como acelerar los procesos de envejecimiento cutáneo, la pigmentación (manchas) de la piel y aumenta la incidencia de cánceres de piel principalmente BCC, SCC y melanoma.

Para que podamos seguir disfrutando con un daño mínimo, obtenga una lista de recomendaciones interesantes sobre lo que se debe y no se debe hacer. Existen varias formas mediante las cuales se puede reducir la exposición a la radiación solar y reducir los riesgos.

Una pareja tomando el sol con crema solar (Foto: Getty Images, Thinkstock)
  1. Aplicar protector solar a diario (incluso en días nublados). Haz esto siempre, incluso si sales a la calle y no a la playa. Preste atención a las áreas de exposición, incluido el cuero cabelludo, el cuello, las puntas de las orejas, la clavícula, los antebrazos, el dorso de las manos y los pies. Aplicar protector solar al menos quince minutos antes de la exposición.
  2. Utilice un protector solar con un rango de protección SPF 30 o superior, que cubra la radiación UVA y UVB. Para las mujeres, se recomienda utilizar, además del protector solar, maquillaje que contenga factores protectores.
  3. Durante la exposición prolongada al sol, se debe aplicar protector solar cada dos horas, así como después de salir del agua o después de un aumento de la sudoración.
  4. Se recomienda encarecidamente permanecer en las playas o piscinas hasta las 10:00 de la mañana o a partir de las 16:00 de la tarde. Si aun así llegas en horas peligrosas, utiliza ropa lo más larga posible, sombrero de ala ancha y gafas de sol con lentes que filtren la radiación UVA y UVB. Por supuesto, es mejor permanecer bajo una sombrilla o un cobertizo.
  5. Tenga especial cuidado cuando se exponga al sol cerca del agua o la arena, ya que hacen que los rayos del sol se reflejen desde el suelo de una manera que aumenta la radiación solar y puede provocar quemaduras.
  6. Cuidado con las camas solares, hazte un chequeo una vez al año.

¿Cómo lograr un aspecto bronceado sin los peligros que acechan en el camino?

Se pueden utilizar productos autobronceadores, pero se deben evitar las camas solares, que suponen un riesgo para el desarrollo de cáncer de piel, envejecimiento cutáneo, arrugas y pigmentación no menor que la exposición al sol.

El diagnóstico temprano del cáncer y las lesiones de piel es esencial para un tratamiento óptimo. Un autoexamen de la piel y un examen anual realizado por un dermatólogo pueden revelar la enfermedad de tal manera que será posible tratarla en etapas muy tempranas. Si aún no ha sido examinado por un dermatólogo durante el último año, se recomienda programar una cita lo antes posible.

Además de la revisión anual de lunares, si te han diagnosticado un lunar que ha cambiado de forma, ha crecido, tiene tres tonos o más o está sangrando, contacta al dermatólogo lo antes posible para una revisión.

En una era de creciente concienciación por la estética y un estilo de vida saludable, es importante destacar: la exposición prolongada e incontrolada al sol provoca daños a largo plazo, que afectan negativamente al aspecto de la piel. Si usted y quiere evitar arrugas, imperfecciones y una apariencia envejecida en unos años

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