Estos productos harán que el cerebro trabaje a pleno rendimiento: no dejes de añadirlos a tu menú
Si quieres optimizar tu nutrición para aprobar exámenes o ser inteligente en las reuniones de trabajo, prestar atención a tu dieta puede ser de gran ayuda. Aunque no existe un único «alimento para el cerebro» que proteja contra los trastornos relacionados con la edad, como la enfermedad de Alzheimer o la demencia , una consideración cuidadosa de lo que come puede ayudar a optimizar su salud cognitiva y mantener una actitud positiva,
Como todo lo demás en el cuerpo, el cerebro no puede funcionar sin suficiente combustible, y la mejor forma de combustible es la glucosa. Esto significa que necesita un suministro adecuado y constante de energía (glucosa) para mantener la atención y la concentración. Puede hacerlo eligiendo cereales integrales: tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que liberan energía constantemente en el torrente sanguíneo, lo que le ayuda a mantenerse mentalmente activo durante todo el día. Comer muy pocos carbohidratos saludables, como cereales integrales, o consumir carbohidratos rápidos, como cereales procesados y refrigerios azucarados, puede provocar irritabilidad, confusión y mal humor. Elija cereales, pan y pastas integrales, dando preferencia a las opciones blancas refinadas.
Los ácidos grasos esenciales son exactamente lo que se necesita en la dieta porque el cuerpo no puede producirlos y deben obtenerse de los alimentos. Las formas más potentes que se encuentran en el pescado azul son el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Las fuentes vegetales útiles incluyen semillas de lino, soja, semillas de calabaza, nueces y sus aceites. Sin embargo, el cuerpo debe convertir estas fuentes vegetales en una forma activa y, lamentablemente, este proceso no es eficiente. Por otro lado, el pescado azul aporta al organismo grasas activas listas para usar, lo que significa que el cuerpo puede utilizarlas más fácilmente. Los tipos de pescados grasos incluyen el salmón, la trucha, la caballa, el arenque, las sardinas, las pilengas y la zubatka. Si es vegetariano o vegano, puede agregar semillas de lino, cáñamo y chía a su dieta, o considerar suplementos herbales de microalgas.
Los datos recopilados en la Universidad de Tufts sugieren que el consumo de arándanos puede ser eficaz para mejorar la memoria a corto plazo. Los estudios en animales muestran que el licopeno, un carotenoide protector que se encuentra en los tomates, puede ayudar a proteger contra el desarrollo de la demencia, particularmente la enfermedad de Alzheimer. Prefiere los tomates cocidos y disfrútalos con un poco de aceite de oliva.
Se cree que los niveles óptimos de vitamina C aumentan la actividad mental y algunos estudios sugieren que la deficiencia puede ser un factor de riesgo de degeneración cerebral relacionada con la edad, incluidas la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Además, una interesante investigación muestra que la vitamina C puede ser útil para controlar la ansiedad y el estrés. Una de las mejores fuentes de esta vitamina es la grosella negra. Otras buenas fuentes son los pimientos rojos, las frutas cítricas, especialmente las naranjas, y el brócoli.
Ricas en zinc, un mineral necesario para mejorar la memoria y el pensamiento, las semillas de calabaza también son una buena fuente de magnesio, vitamina B y triptófano, un precursor de la serotonina, una sustancia química que nos hace sentir bien.
El brócoli es una buena fuente de vitamina K, conocida por mejorar la función cognitiva y estimular la función cerebral. Otras verduras crucíferas ricas en estos compuestos son la coliflor, la col blanca y las coles de Bruselas. También puedes obtener vitamina K del hígado, los quesos duros y las ciruelas pasas.
Un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology sugiere que una ingesta adecuada de vitamina E puede ayudar a prevenir el deterioro cognitivo, incluida la pérdida de memoria, especialmente en los ancianos. Los frutos secos son una valiosa fuente de esta vitamina, junto con las verduras, los espárragos, las aceitunas, las semillas, los huevos, el arroz integral y los cereales integrales.