¿Cuáles son las mejores vitaminas para el cerebro y la memoria?

Nos despertamos bastante tarde después de la fiesta y el vino que fluía libremente la noche anterior y un fuerte dolor de cabeza nos pusimos a estudiar.

El cerebro representa cerca del 2 % del peso corporal y aún así requiere de aproximadamente un 20 % de la energía que el cuerpo requiere para funcionar de manera óptima. Por ejemplo, su demanda de glucosa es muy elevada, para lo cual necesita acaparar hasta el 50 % de la energía extraída de los hidratos de carbono que una persona consume a diario.

Los ácidos grasos como Omega 3, la vitamina B, C y E, los antioxidantes, los flavonoides, la colina y el triptófano, entre otros, son elementos que estimulan y favorecen el rendimiento cerebral.

Estas son las propiedades de las principales vitaminas y minerales que aprovecha el cerebro:

– Vitamina B: son especialmente conocidas por mejorar la energía, la atención y la agudeza mental. Un consumo regular de vitaminas B sirve para potenciar las funciones mentales. Por su parte la vitamina B6 ayuda a reducir la fatiga y a mantener un bienestar físico y mental adecuado. Al tiempo, las vitaminas B1 y B12 contribuyen al funcionamiento normal del sistema nervioso, indica el portal Supradyn.

De manera refrescante, lo que se esperaba de ella era lo mismo que se esperaba de Lara Stone: tomar una hermosa foto.

Según un artículo publicado en la revista Muy Interesante, tener deficiencia grave de esta vitamina puede conducir al síndrome de Korsakoff, un trastorno de la memoria y aprendizaje frecuente en las personas alcohólicas. Los alimentos ricos en vitamina B1 son los pistachos, nueces y pescado.

 

La vitamina B9 o ácido fólico también es clave.Esta es importante porque participa en la síntesis de aminoácidos y en la formación del tejido nervioso. Tener déficit de esta, así como de otras vitaminas del grupo B, se relaciona con problemas de desarrollo en los niños. Algunos alimentos que la contienen son las verduras de hoja verde como las espinacas, legumbres y también las lentejas.

– Vitamina C: La concentración más alta de esta vitamina se encuentra en el cerebro, especialmente en la glándula pituitaria. La vitamina C es importante en la síntesis del neurotransmisor dopamina y también trabaja para proteger al cerebro contra el estrés oxidativo.

Como esta vitamina no puede almacenarse en el organismo, es recomendable tomar diariamente alrededor de 90 miligramos de brócoli, coliflor, naranjas, mandarinas o fresas.

– Calcio: también es clave para la salud del cerebro. Se trata de un mineral esencial para su funcionamiento pues desempeña un papel central como mensajero de las células nerviosas. Otra de sus funciones es regular la neurotransmisión y controlar la excitabilidad nerviosa. Algunos alimentos con calcio son la leche, yogur, queso y las espinacas.

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Adderall y coqueteando con la bulimia en un intento de podarse a sí misma

Deambulamos por el sitio con otros turistas.

Las deficiencias nutricionales contribuyen al desarrollo de trastornos psiquiátricos, deterioro cognitivo asociado a la edad y trastornos del desarrollo, según los expertos.

– El magnesio: otro de los componentes clave. Este mineral es importante para la conversión de muchas vitaminas B en su forma activa. Por su parte, la falta de zinc ha sido asociada con diferentes trastornos neurológicos y psicológicos como la enfermedad de Parkinson o el Alzheimer.

Otros alimentos que pueden ayudar a fortalecer la memoria y la concentración son las almendras, la remolacha, el aguacate, apio, zanahorias, ginsen, cereales integrales, legumbres, yogur, tomates y cítricos.

Por ejemplo, la remolacha tiene entre sus componentes el monofosfato de uridina, que ayuda en la mejora de las habilidades cognitivas, mientras que el aguacate ayuda a energizar el cerebro mejorando así el rendimiento mental; el apio reduce los daños del envejecimiento prematuro cerebral, el ginsen aumenta la capacidad memorial y los cereales integrales contienen vitaminas del grupo B, fundamentales para las funciones del cerebro.

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Pasamos por el Puente de los Leones y nos dirigimos a la Sinagoga de Sofía, luego nos refugiamos en el Mercado Central hasta que pasó la lluvia recurrente (pero de corta duración) de media tarde.

Sintiéndonos renovados después de un espresso, caminamos una corta distancia hasta la pequeña pero acogedora mezquita Banya Bashi, luego descendimos al antiguo complejo de Serdica.

Estábamos agotados después de un largo día de viaje, así que regresamos al hotel y nos estrellamos.

Tenía pocas expectativas sobre Sofía como ciudad, pero después del recorrido a pie me encantó el lugar. Esta era una ciudad fácil de recorrer y era una ciudad hermosa, a pesar de sus alrededores feos, firmes e imperturbables construidos por los comunistas. Sofía tiene una fachada muy normal al entrar en la ciudad, pero una vez que te pierdes en el casco antiguo, todo cambia.

La ropa puede transformar su estado de ánimo y su confianza. La moda se mueve tan rápido que, a menos que tengas un punto de vista fuerte, puedes perder la integridad. Me gusta ser real No me gusta que las cosas se pongan en escena o sean delicadas. Creo que me volvería loco si no tuviera un lugar al que escapar. Tienes que mantenerte fiel a tu herencia, de eso se trata tu marca.

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